La única momia de Israel recibe atención en esta vida en Museo de Israel
88 años después de llegar de Alejandría, los restos de 2.200 años de antigüedad del sacerdote egipcio se exhiben en Jerusalén después de un moderno y exhaustivo examen
La única momia egipcia de Israel se exhibe en el Museo de Israel desde el 25 de julio de 2016. (Ilan Ben Zion / Personal de The Times of Israel)
Los dedos de los pies de Alex asoman abajo de su sábana. La cámara está oscura y fresca, como una cripta. En la pared encima de él, la mirada constante de su sarcófago de madera mira hacia abajo, su pecho adornado con un escarabajo con alas en tonos caoba, Khepri, símbolo del renacimiento.
Vivió y murió en la oscuridad de la clase alta hace unos 2.200 años, pero los restos de Alex – la única momia en Israel – serán la estrella de la exposición que se inició el martes en el Museo de Israel.
Un siglo antes de Antonio y Cleopatra, cuando los Ptolomeos gobernaban el Nilo, vivió como sacerdote en la ciudad de Panópolis, hoy en día Ajmim, en el Alto Egipto. Durante su vida fue conocido como Iret-hor-iru – El Ojo Protector de Horus – pero consiguió su moderno apodo después de que fue donado al Instituto Pontificio Bíblico de Jerusalén por los jesuitas en Alejandría.
Iret-hor-iru está «muy bien conservado» para su edad, dijo a The Times of Israel la curadora del Museo Israel Galit Bennett-Dahan, mientras colocaba los toques finales en la exhibición. «Se puede ver que no sólo los huesos enteros están conservados, sino también los dientes, las orejas, los ojos, los tejidos en los muslos y las manos.»
La momia de Iret-hor-Irou en la nueva exposición del Museo de Israel: «Una Momia en Jerusalén:
Secretos del Más Allá» (Eli Posner / Museo de Israel)
Después de su fallecimiento, fue sometido al tradicional proceso de embalsamamiento y momificación. Sus órganos internos se retiraron y se colocaron en vasos canopos, sacaron su cerebro a través de su nariz, su cuerpo fue rellenado y cubierto con natrón para que se seque y luego envuelto en lino.
En el período previo a la exposición, el Museo de Israel se asoció con el Centro Médico Carmel en Haifa y científicos de la Universidad de Tel Aviv para obtener una mejor comprensión de quien era Iret-hor-iru, cómo vivió, y cómo murió. Al contrario de lo que pensaban los sacerdotes en el instituto, él no era un adolescente, ni tampoco vivió en el siglo IV AEC, en la época en que Egipto fue tomado por Alejandro Magno.
La datación por radiocarbono de sus lienzos encontró que murió en el segundo siglo AEC, y una tomografía computarizada encontró que vivió hasta finales de los 30 o principios de los 40 años, no es poca cosa cuando la mortalidad infantil era rampante y se esperaba que un niño viva hasta los 40. Medía 5’5 pies «cuando estaba vivo – más alto que el promedio – pero la desecación del procedimiento de embalsamar le dejó un par de pulgadas más bajo al pasar de los años.
Aún tiene la mayoría de sus dientes, pero sufría de caries y retracción de las encías, así como de osteoporosis. Al igual que la gente hoy en día, consumía demasiados carbohidratos y pasaba mucho tiempo inactivo.
«Tal vez tenía una vida cómoda, porque no trabajaba tanto», dijo ella.
Periódicos árabes y francéses de 1927 y 1928 encontrados en el interior del sarcófago de una momia egipcia de 2.200 años de edad, ahora en exhibición en el Museo de Israel desde el 25 de julio de 2016.
(Ilan Ben Zion / Personal de The Times of Israel)
Periódicos árabes y franceses hechos bulluco en el sarcófago para proteger la momia durante su viaje a Jerusalén eran de 1927 y 1928, lo que confirma que llegó al instituto justo después de que se abrió en 1927. Desde entonces ha estado en el modesto y poco recordado museo de arqueología del instituto, al lado del Hotel rey David.
La exhibición de un solo cuarto corre paralela a la exposición de los Faraones en Canaan inaugurada en marzo y que explora las influencias políticas y culturales de Egipto en la Edad de Bronce y Hierro de Levante. A través de Iret-hor-iru, los curadores tratan de explicar la antigua percepción egipcia de la muerte, desde el embalsamamiento y la momificación de los muertos (tanto humanos como animales) hasta el paso del espíritu al más allá.
La única momia egipcia de Israel se exhibe en el Museo de Israel desde el 25 de julio de 2016.
(Ilan Ben Zion / Personal de The Times of Israel)
A pesar de que sus técnicas de momificación y estilo de entierro siguen costumbres egipcias, el Egipto de Iret-hor-iru era Helenizado, después de haber sido conquistado por los ejércitos de Alejandro Magno más de un siglo antes. Los Ptolomeos respetaron la religión local, y se conservaron las tradiciones funerarias, aunque con la inclusión de los estilos griegos, explicó Bennett-Dahan del Museo de Israel. La placa pintada colocada en el pecho es distintiva del período ptolemaico, y su estilizada máscara de muerte tradicional. Ambos son relativamente modestos en comparación con la grandeza dorada de Tutankamón, pero es típico de los más ricos.
Acompañando a Iret-hor-iru en su vida actual en el Museo de Israel hay un surtido de máscaras funerarias de las épocas helenística y romana que se colocaban sobre la cara de los muertos. Algunas, como el de Iret-hor-iru, son estilizadas, imitando la representación egipcia tradicional de los fallecidos, con los ojos de almendra y una peluca larga. Otras son retratos realistas y de extraordinaria belleza.
Amuletos en forma de bestias y aves y elaborados de loza, marfil, oro o piedras semipreciosas fueron colocados en el cuerpo para protegerlos en el más allá. Hoy en día, conforman una colección caleidoscópica que acompaña a Iret-hor-iru.
Amuletos egipcios antiguos para proteger a los muertos, parte de una exhibición en el Museo de Israel desde el 25 de julio, 2016. (Ilan Ben Zion / Personal del Times of Israel)
La única otra momia en la habitación es la de un ibis, ave considera santa para Thot, el dios egipcio de la escritura y la sabiduría. Un sarcófago de tamaño real, con el distintivo pico curvo del ave, que encierra los restos momificados del ave sagrada, fue un regalo para el ex viceprimer ministro Moshe Dayan de parte del presidente egipcio Anwar Sadat después de la firma del tratado de paz entre Israel y Egipto en 1979. Al otro lado del pasillo, en la exposición del Faraón en Canaán, el museo exhibe un duplicado de la cimitarra cananea doblada entregada a Egipto por Israel en el mismo intercambio.
Ataúd que contiene un Ibis embalsamado, Egipto | Período Ptolemaico, 3er siglo AEC | bronce, madera, huesos y cráneo de ibis, restos de un tejido de lino, y amuletos | Regalo de Anwar el-Sadat, presidente de Egipto, para Yigael Yadin (Foto cortesía del Museo de Israel, Jerusalén)
Mientras que la exhibición no es de ninguna manera tan exhaustiva como la del Museo Británico, o glamorosa como la del Rey Tut, ofrece una visión clara, concisa y humana de la muerte en el Nilo.
La momia de Iret-hor-iru en la nueva exposición del Museo de Israel: «Una Momia en Jerusalén:
Secretos del Más Allá» (Eli Posner / Museo de Israel)