Viaje de Yona a Israel
A la vuelta de Taglit…

Sé que hablar de Israel en nuestro mundo, desgraciadamente, es hablar de política, y no es lo que quiero transmitir en este momento. Sólo me encantaría que el mundo entero supiese que es un país que quiere paz y que siempre la ha querido, que sólo quiere existir y dejar de ser atacado para que al fin los judíos puedan vivir protegidos en un mundo en el que siempre han sido perseguidos.
Personalmente, me he sentido como en casa a pesar de no entender el idioma y estar lejos de mi familia, y sin duda volveré todas las veces que pueda. Israel se ha quedado con un pedacito de mi corazón.
Por otra parte, lo que le ha dado sentido a esta experiencia son las personas. Tanto las personas con las que empecé esta experiencia en Madrid hace 10 días como a las que hemos ido conociendo a lo largo del viaje, y especialmente los soldados con los que hemos convivido 5 días.
La palabra soldado no define lo que son. Son personas de nuestra edad con sueños, familias, experiencias y esperanzas. Son personas increíblemente fuertes para ser tan jóvenes y que sufren lo que nadie debería sufrir sólo para que su país pueda existir. Todos los que hemos participado en este viaje coincidimos en que son héroes y ahora tenemos la suerte de tenerlos como amigos.
Vuelvo a casa con infinitos recuerdos, y amigos para toda la vida. En estos días hemos aprendido, nos hemos reído muchísimo, pero sobre todo nos hemos emocionado todos juntos y creo que no exagero al decir que cada uno de nosotros ha soltado al menos un par de lágrimas.
Estoy convencida de que esto sólo es el principio y que ni la distancia ni el tiempo serán capaces de destruir las uniones que taglit ha creado.
A todos los que me dijeron «es el viaje de tu vida», sólo puedo decir que no me imaginaba hasta qué punto iba a ser cierto.
A los que han hecho que todo esto haya sido posible, nunca os lo agradeceré lo suficiente.
Por último, quiero compartir una frase que me ha marcado y que para mí dice una gran verdad.
«En Israel, quien no cree en milagros no es realista.»