Octubre 18, 2016, The Jerusalem Post
Innovaciones israelíes salvan vidas en África
Ahora la energía solar ha sido llevada a 104 aldeas africanas, y un millón de personas tienen acceso al agua.

Foto: INNOVATION:AFRICA
Sivan Ya’ari, fundadora y directora general de innovación:áfrica, se enteró de la verdadera pobreza en Madagascar después de haber completado su servicio militar en la FDI y estaba trabajando para una compañía internacional de prendas de vestir en el país africano. Dice que siempre había pensado que ella fue pobre en su niñez, pero a medida que viajó a través de Madagascar, fue testigo de la verdadera pobreza en los pueblos y se dio cuenta de que lo que había experimentado no era nada comparado con cómo vivían esas personas.
Sin electricidad
Había muchos servicios básicos que faltaban en la vida de las personas en Madagascar.
«En un pueblo, cuando vi una larga cola de gente esperando en la clínica médica, asumí que había una escasez de médicos. Y la había. Pero la razón era que no había vacunas o medicamentos. Y no había vacunas o medicamentos, porque no había una refrigeradora. Y la razón de eso era que no había electricidad», explica Ya’ari.
Nunca estuvo acostumbrada a tomar el camino más fácil, y Ya’ari decidió que necesitaba aprender por sí misma cómo ayudar, no sólo a este pueblo, sino a todo el continente de África, que consistía en 54 países en los que algunas áreas no tenían electricidad. Así que tomó un grado de maestría en energía de la Universidad de Columbia en Nueva York antes de regresar a África. Ella había aprendido que, en teoría, el suministro de electricidad podía ser bastante simple y barato.
Encontrar una solución
Como explica Ya’ari, «El problema era también parte de la solución».
Hubo una sequía, que fue causada por el calor. Como no había escasez de horas de sol, ella trajo dos paneles solares, los hizo instalar en el techo de la clínica médica, y de repente había suficiente electricidad para alimentar la clínica y la pequeña nevera que había comprado.
Con la electricidad y el refrigerador instalado, más médicos estaban preparados para ir al pueblo, ya que tenían medicamentos y vacunas para trabajar.
Otros dos paneles solares llevaron luz a la escuela, por lo que los niños podían trabajar mejor. Eso, a su vez, atrajo a más y mejores maestros. Pero aun así no todos los niños iban a la escuela. Algunos, Ya’ari descubrió, estaban demasiado débiles por falta de alimentos y agua incluso para caminar a la escuela.
Siempre se supone que África sufre de sequía debido a la falta de agua, pero Ya’ari dice que simplemente no es verdad.
«Hay un montón de agua, pero está toda en los acuíferos subterráneos. Para llevarlo a la superficie, se necesitan bombas eléctricas».
Una vez más, se instalaron paneles solares – primero para alimentar la perforación para encontrar el agua, y luego para alimentar la bomba de agua para llevar el agua hasta el nivel del suelo. Una serie de tubos con grifos a lo largo llevaba el agua alrededor del pueblo, proporcionando agua potable ilimitada para lavar, beber y preparar alimentos.
Se instaló otra bomba de agua, y se aplicó la tecnología israelí de riego por goteo, lo que permitió a los aldeanos producir cultivos utilizando mucha menos agua que antes.
Y con más agua y más comida, las mujeres del pueblo decidieron buscar maneras de obtener un ingreso.
«Lo que me sorprendió fue el espíritu empresarial de las mujeres», dice Ya’ari.
Algunas mujeres vendían los excedentes de cultivos a otros pueblos que aún estaban sin bombas de agua. Algunas abrieron una panadería y vendían sus productos horneados, algunas hacían ladrillos para la construcción y los vendían, y algunas tendían ganado y vendían leche.
Monitoreo remoto
En 2013, innovación:áfrica ganó un premio de las Naciones Unidas por la invención de un sistema de control remoto. Un dispositivo está colocado en todas sus instalaciones de energía solar, lo que les dice exactamente la cantidad de electricidad que se produce, cuánto se está usando y la cantidad de agua que se bombea en un momento dado. Además, detecta si hay algún problema en el sistema para que la población local pueda solucionarlos. Esta información puede ser recuperada desde cualquier lugar del mundo.
Ahora la energía solar ha sido llevada a 104 aldeas africanas, y un millón de personas tienen acceso al agua.
Como Ya’ari señala, ella ni siquiera inventó algo.
Ella vio una necesidad y sabía que Israel tenía la tecnología. Era sólo una cuestión de llevar la solución al problema.
Un giro irónico
En la región ugandesa de Karamoja, la gente se moría de hambre. El nombre de Karamoja probablemente no significa nada para la mayoría de los lectores, pero hace más de 100 años fue la provincia en Uganda que el secretario colonial británico Joseph Chamberlain ofreció a Theodor Herzl para albergar a judíos rusos sin hogar.
Pero los judíos no estaban interesados en un hogar en Uganda, y la idea fue descartada.
El equipo de Sivan Ya’ari fue a Karamoja para ayudarles a tener electricidad y agua para aliviar su difícil situación. Ya’ari está muy orgullosa de que hoy el Estado de Israel, desde su verdadera patria pretendida, es capaz de suministrar la tecnología para ayudar a rehabilitar a la gente de esta región de África.
De vuelta en Israel: Una vez un innovador…
Cuando no está en África, Sivan Ya’ari vive en Israel con su marido y sus tres hijos. La primera vez que se mudó a Modi’in, se sorprendió al ver que no había salones de belleza en la nueva y moderna ciudad.
Nunca acostumbrada a quejarse por la falta de algo, abrió un salón denominado iSPA Express, que ofrece manicura y pedicura, así como otros tratamientos de belleza. Fiel a su método habitual, emplea principalmente madres solteras que viven en la zona.
Ya’ari amplió su empresa a una cadena de ocho salones en el país, de Karmiel a Beerseba. Algunos son de ella, y otros son franquicias.
(Traducido por el Consulado General H. de Israel en Guayaquil)
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